Caminar: (De camino): 1. tr. Andar determinada distancia. 2. intr. Ir de viaje.3. intr. Dicho de un hombre o de un animal: Ir andando de un lugar a otro.4. intr. Dirigirse a un lugar o meta, avanzar hacia él.
Caminando entre bits de recuerdos te deje atrás. Ausente en tus besos. "¿Me seguirás amando ahora que nuestros caminos se han separado? Sé que estoy muerto pero por lo menos merezco un beso de despedida". En la vida y sobretodo en el amor, tras un error, siempre hay un perdedor.
El genio de Michigan, Sufjan Stevens, en su aclamado y esperado regreso, reflexiona en primera persona y en voz alta, sobre el estado de desesperación que el dolor provocado por su acción deja en su caminar. En ese rápido proceso que conduce a una divergencia de direcciones, siempre hay un recurso desesperado que consiste en llamar la atención de la persona que se aleja. El sentimiento cristiano de culpabilidad va ligado intrínsecamente a la personalidad en muchos de los seres humanos que pertenecen a la cultura occidental, sobretodo en aquellos en los que la religión es un hecho impositivo en el marco educativo, y por tanto permanece omnipresente a lo largo de toda la vida. El protagonista de esta preciosa historia, sea él propio Sufjan o simplemente un personaje imaginario, no escapa de él. La humillación causada por ese acto fatal, le hace desplomarse en el suelo y suplicar por un perdón, que aunque lo hubiese, no resolverá el conflicto interior. Todo está hecho un desastre, enajenación transitoria. Se ha marchado. "Caminé porque tú caminaste, pero no creo que llegue muy lejos". Es una sensación, seguramente más que eso. Una percepción muy intuitiva. La única solución era salir corriendo, huir. No podía soportar su falta, su traición. El lamento como sublimación de la belleza, tanto en su plasticidad, como en los múltiples matices sonoros. Otra cúspide más alcanzada por el gran héroe del pop del siglo XXI. Su estética y movimientos entrecortados, le vuelven a proyectar a ese horizonte donde sólo los más grandes han llegado. Su camino es de oro, sigamos su senda a ciegas.
El genio de Michigan, Sufjan Stevens, en su aclamado y esperado regreso, reflexiona en primera persona y en voz alta, sobre el estado de desesperación que el dolor provocado por su acción deja en su caminar. En ese rápido proceso que conduce a una divergencia de direcciones, siempre hay un recurso desesperado que consiste en llamar la atención de la persona que se aleja. El sentimiento cristiano de culpabilidad va ligado intrínsecamente a la personalidad en muchos de los seres humanos que pertenecen a la cultura occidental, sobretodo en aquellos en los que la religión es un hecho impositivo en el marco educativo, y por tanto permanece omnipresente a lo largo de toda la vida. El protagonista de esta preciosa historia, sea él propio Sufjan o simplemente un personaje imaginario, no escapa de él. La humillación causada por ese acto fatal, le hace desplomarse en el suelo y suplicar por un perdón, que aunque lo hubiese, no resolverá el conflicto interior. Todo está hecho un desastre, enajenación transitoria. Se ha marchado. "Caminé porque tú caminaste, pero no creo que llegue muy lejos". Es una sensación, seguramente más que eso. Una percepción muy intuitiva. La única solución era salir corriendo, huir. No podía soportar su falta, su traición. El lamento como sublimación de la belleza, tanto en su plasticidad, como en los múltiples matices sonoros. Otra cúspide más alcanzada por el gran héroe del pop del siglo XXI. Su estética y movimientos entrecortados, le vuelven a proyectar a ese horizonte donde sólo los más grandes han llegado. Su camino es de oro, sigamos su senda a ciegas.
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