lunes, 28 de febrero de 2011

RADIOHEAD´S "THE KING OF LIMBS" REVIEW!

Radiohead acaban de editar su nuevo álbum: " The King of Limbs" XL 2011. Nos paramos a analizarlo e intentar explicarlo en su contexto. Sin prisas, pero sin pelos ni recelos, en el blog de NEO2.


http://www.neo2.es/blog/2011/02/radiohead/



















WHEN WE´RE DANCING









Cuando te veo bailar,  parece que el mundo entero se para.

Whenever I see you dance, it seems that the whole world stops.



domingo, 27 de febrero de 2011

THE HAPPY SEA








Siempre hay una sonrisa sobre la mar.

There is always a smile over the sea.



WHITE COROLLA





Cuando los juguetes toman la pista de baile, todo parece de color diferente.

When toys take dancefloors, everything seems to be in a different colour.



viernes, 25 de febrero de 2011

Two new videos from The Walkmen now streaming + Free Download.

Están que se salen, lo llevan bordando desde principios de la década pasada, por fin se les ha comenzado a reconocer su valía e importancia. Además ahora nos regalan dos ejercicios visuales llenos de elegancia y frescura. 
Así son ellos, así son: The Walkmen. Y encima os regalan dos canciones por si no las tenéis. 
¿Qué más queréis?


VIDEOS + FREE DOWNLOAD: http://thewalkmen.com/video/

Dj Eczema.

LOSING MY RELIGION - 20 YEARS ANNIVERSARY



En el blog de NEO2, hoy aparece publicado un informe-homenaje, al tema que cambió la manera de concebir la música popular y la vida en muchos de nosotros. La fe nunca se perdió.

http://www.neo2.es/blog/2011/02/grandes-canciones/

jueves, 24 de febrero de 2011

DUMBSTEP, TU NUEVO ESTILO MUSICAL Y VITAL!

Nace una nueva tendencia y manera de entender la música de nuestro tiempo, un nuevo estilo: DUMBSTEP ( Paso Makamo) y ahora también el POST-DUMBSTEP-HERE WE GO!.
Consiste en tropezarse mientras tu mandíbula se gira y tu pie tropieza con el parqué de la pista de baile. Surgido en la siempre innovadora escena de Londres, sus ritmos sincopados y "aturulados", crearon por azar un nuevo paso de baile, aquel que te acaricia el cerebro con una parálisis facial y hace de la "psicomotrocidad trabada" una marca diferente sólo para elegidos como tú.

No te quedes atrás, si quieres estar a la última apúntate al DUMBSTEP!!
Grandes artistas como Burial, en su día, o la nueva esperanza Dumb, el joven James Blake, hacen que la parálisis se torne en un emocionante encuentro entre la esperanza perdida y la luz al final del tunel.


Dj Eczema presents: "Too Much" Live In The Concert Hall, Sydney 2011.




Ante la llegada del príncipe Sufjan Stevens en mayo dentro del cartel del Primavera Down 2011, no podemos esperar más y nos deleitamos con estos tres momentos de su magnífica actuación en la Ópera de Sydney, el pasado 27 de enero.

Su gira europea es inminente y ya hay fechas:
04-29 Bergen, Norway - Grieghallen *
04-30 Oslo, Norway - Folketeateret *
05-01 Copenhagen, Denmark - VEGA *
05-03 Stockholm, Sweden - Cirkus *
05-05 Warsaw, Poland - Teatr Polski *
05-06 Leipzig, Germany - Centratheatre *
05-07 Berlin, Germany - Admiralspalast *
05-09 Paris, France - Olympia *
05-10 Brussels, Belgium - Cirque Royal *
05-12-13 London, England - Royal Festival Hall *
05-16 Gateshead, England - The Sage Gateshead *
05-17-18 Dublin, Ireland - Olympia *
05-19 Manchester, England - Apollo *
05-21 Eindhoven, Netherlands - Muziekcentrum Frits Philips *
05-22 Essen, Germany - Colosseum Theatre *
05-24 Ferrara, Italy - Teatro Comunale *
05-26-27 Barcelona, Spain - Primavera Sound Festival
05-30 Porto, Portugal - Coliseum *
05-31 Lisbon, Portugal - Coliseum *
* with DM Stith


Disfrutadlo.

Dj Eczema.








miércoles, 23 de febrero de 2011

THE SEA AND CAKE IN SPAIN.



La maravillosa banda de Chicago, The Sea and Cake, actuará en España en dos fechas entrada la primavera:

5 de abril Sala Bikini, Barcelona.
6 de abril Sala Rock Kitchen, Madrid.



domingo, 20 de febrero de 2011

ME AND THE DEVIL





La voz de la calle se hace fuerte entre las sombras.

The voice of the streets grows stronger in the darkness




SKY BLUE SKY





El cielo más azul es el que no vemos.

The bluest sky is the one we can´t see.



sábado, 19 de febrero de 2011

JUSTIN TOWNES EARLE: "HARLEM RIVER BLUES"

DE CASTA LE VIENE AL GALGO.


Hay hijos que te pueden dar un buen disgusto, pero también una enorme alegría. Cuando tu padre es un rebelde sempiterno y a sus espaldas quedan cientos de millas recorridas – en todos los sentidos-, debe ser un tanto fácil sentirte un pequeño forajido. Eso parece demostrar Justin Townes Earle que tanto en la vida profesional como en la personal le sigue los pasos firmemente - su gira americana ha sido pospuesta debido a su ingreso voluntario en una clínica de rehabilitación-. Con un mentor como Steve Earle por algún lado tiene que salir la creatividad y la genialidad.  Juventud, frescura, ternura e inspiración por los cuatro costados, surgen por cada rincón de su nuevo álbum: “Harlem River Blues” ( 2010, Houston Party). Después de un ep y dos buenos discos publicados - a un ritmo vertiginoso de disco por año-, llega este cuarto que es como una bala directa al sombrero más bien plantado. No hay tregua en sus once temas. Comienza con la canción que da título al disco, “Harlem River Blues”. Un “cow-blues” irresistible, las botas se mueven solas a la orilla de un soleado río mientras las voces se abren paso en el algodonal. Cambio de escenario, paseos sin rumbo y recuerdos de color miel en la noche de Brooklyn. Rock & roll sin concesiones en “Move over Mama”, vidas rotas a un ritmo irresistible.  “Working for the MTA” descriptivo lamento urbano de un trabajador a pie de vía mientras cruza túneles fríos e inhóspitos en la gran manzana. Metidos en melancolía no se puede dejar de lado en el manual del buen desamparado, el sollozo vagabundo errante, “Wanderin”. La primera parte del álbum es de un nivel muy elevado, pero es quizá en su segunda parte donde conquista sin condiciones. “Slippin´and Slidin” es pura sexualidad. La encantadora “Christchurch Woman”, con esos vientos a lo Van Morrison, hacen de puente hacia la intimidad en “Learning to Cry” y sus violines besando sin complejos la “pedal steel”. Vuelta al brillo con el blues contagioso de “Ain´t waitin” y un medio tiempo exquisito para cerrar que parece sacado de los mejores días de Ryan Adams, “Rogers park”. Casi sin enterarnos llegamos al final de este disco genial y espléndido, breve pero intenso. Un triunfo total. Seguro que su padre está muy orgulloso de él. Por cierto, acabo de darme cuenta que mi sombrero ha salido disparado…


Javier Mateos.





FIVE MILES OF YOU




Cinco millas no es suficiente para decir adiós.

Five miles is not enough to say goodbye.


viernes, 18 de febrero de 2011

WAVES


Rabia narcótica bajo una luna asesina, que provoca una enfurecida marea.


KISTE F.M. PODCAST #9: THE BEST SONGS OF 2010.




A la espera de retomar los Podcasts, escuchemos el último con lo mejor del 2010. También te lo puedes bajar, of course!

While we get ready for more episodes, it´s a great moment to remember our last Podcast #9: The Best Songs of 2010 ( you can also download it). Enjoy it!

DJ Eczema


NEW CLIP BY RADIOHEAD



El baile de San Vito en la nueva década.





jueves, 17 de febrero de 2011

THE CZARS: “THE UGLY PEOPLE VS. THE BEAUTIFUL PEOPLE”

THE CZARS: “THE UGLY PEOPLE VS. THE BEAUTIFUL PEOPLE”
Segunda entrega de esta sección donde Javier Mateos recupera joyas musicales que pasaron desapercibidas en su día. Hoy le toca el turno a “The Ugly People vs. The Beautiful People” de The Czars.
Seguramente cuando en el año 1994 John Grant y Chris Pearson formaron The Czars en su ciudad natal, Denver, Colorado, no eran conscientes de que años después conseguirían sin saberlo, tocar la cima del pop más ensoñador que hayamos escuchado en la música popular de este principio de siglo 21. Tras unos comienzos titubeantes y cambios en su formación, “los mejores zares” fueron una banda compuesta por cinco miembros: John Grant voz y piano, Jeff Linsenmaier batería, Andy Monley y Roger Green guitarras, y Chris Pearson al bajo -en 2003 se unió la violinista Elin Palmer-, hasta su disolución en 2004.
Fue a finales de los años 90 y principios de la década pasada, cuando su producción musical tocó la gloria. Un avispado Simon Raymonde, bajista de Cocteau Twins, les fichó para su sello Bella Union, y uno entiende perfectamente al escuchar su música los motivos que le llevaron a tomar esta decisión, aunque desafortunadamente no les brindó el final que se merecían. Su espectral universo sonoro de temática emocional dislocada, sujeto por la dulzura pero enferma melancolía de la voz y letras de John Grant, le llevaron a quedarse atrapado por la nebulosa de sus creaciones, esas que van más allá de ser simples canciones o espacios sonoros de disfrute puntual. Después del magnífico trabajo “Before…But Longer”, Bella Union 2000, producido por el capo del sello, llegó su obra maestra particular: “The Ugly People Vs. the Beautiful People”,Bella Union 2001. Cubrirla de adjetivos se convierte en una tarea complicada de llevar a cabo ante la magia que desprende una obra de tamaña magnitud.
“Bello contra feo”, nada dentro de sus doce temas, más el inédito escondido al principio del álbum (¡toma ya!), tiene signo alguno de fealdad. Todo es inmensamente bello. Si seguimos el orden natural del disco, el primer golpe de efecto que nos encontramos es una canción que simplemente se titula “Drug”. Descomunal reflexión sobre la adicción incomprensible que las parejas sufren en algún momento de su relación. El amor como droga y en particular muchas de sus variantes: éxtasis, cocaína… Cuesta entender cómo se puede comenzar un disco con un desnudo íntegro de tal dimensión. Abrumador. Después del shock una inyección de americana espacial, con John doblando sus coros y ruidos estridentes y sintetizados que empujan a un estribillo cadencioso, “Side Effect”. La banda he echado a andar. “Killjoy” es el tercer corte, el mayor triunfo de su carrera. De nuevo la música nos brinda uno de esos temas que nunca envejecen, clásico por los cuatro costados: melódica, una trompeta gloriosa -aderezada con unas castañuelas tex-mex-, el timbre de John Grant, la guitarra española y finalmente los coros espectrales de esa gran dama llamada Paula Frazer, fundidos por esa espiral de programaciones. The Czars suena como un todo, tan sólo con cerrar los ojos se puede alcanzar el estado de felicidad que transmite su melodía. Terminan convirtiéndose en unos Beach Boys de la pradera.
Después de la galopada volvemos a la zona de gravedad cero. “Caterpillar” es una balada que nos permite flotar en nuestro universo particular, como casi siempre, lanzada desde el piano de John Grant, pero con un desarrollo excepcional. Un waltz de estrellas que nos arrastran hasta un solo de trompeta sutil, embriagador y muy nocturno. Para no dejar de soñar, en el siguiente tema, nos acunan con una nana llamada “Lullaby 6000”. Los brazos más reconfortantes nos dan calor entre las cuerdas de esas guitarras que entrecruzan sus melodías y que reposan sobre un pedal steel de terciopelo. Silencio interior. “This” cambia el tono y distorsiona la voz de los zares, pero su mensaje es más atormentado. La incomprensión en la pareja. John Grant vuelve a desnudar sus sentimientos más profundos y su conflicto interior. Una banda tan melancólica no podía permitirse el lujo de dejar de cantar a la estación más bucólica, “Autumn”. Asentados sobre la oscuridad y el interiorismo más suave surge la hermosa “Black and Blue”, donde sobresale la slide guitar de Andy Monley y los juegos vocales, sublimes e inimitables, de su cantante. Sin respiración.
Como la vida misma, después de la belleza surge desde algún punto inexplicable la ira, “Anger”, que enlazará con la más salvaje de álbum. “Roger´s song” fuego en las guitarras y con un John extrañamente alterado. Parece romperse la caricia por la que ha fluido el disco. Llegados a este punto quieren demostrar el lado más feo y salvaje. Un combate donde el lado más oscuro y agresivo saca sus garras para intentar destruir el dulce y sensible. De repente, como si nada hubiese ocurrido, el viaje por el cielo estrellado se reanuda. Hermosísima parada astral, “What used to be a human”. Siguiente destino: la luz de lo desconocido. “Catherine” lleva nombre de mujer, entre subidas y bajadas llega la llama final que nos lanza autopropulsados a otros universos jamás surcados y llenos de incógnitas. El resultado final: “Victoria inapelable de la belleza desde el imperio emocional de los autócratas”. No pierdas el tiempo con tu lado menos “agraciado” y hazte con este disco.

Javier Mateos.






lunes, 14 de febrero de 2011

Band of Horses Live!

Band of Horses.
Sala Apolo, Barcelona 09/02/2011.

    Está claro que la inclusión de varios temas de Band of Horses en sendas bandas sonoras: “ O.C.” y “Eclipse”, así como su reciente nominación para los Grammy del 2010, en el apartado de mejor álbum de música alternativa con “Infinite Arms”, su último disco, les ha dado un espaldarazo de popularidad definitivo, no sólo en su país, también en el nuestro, a juzgar por los dos llenos que han tenido tanto en Madrid, el día antes, como en Barcelona. Los de Carolina del Sur, capitaneados por Ben Bridwell, están en un momento óptimo y eso se nota en sus directos. No es que antes no gozasen de una potente puesta en escena, todavía recuerdo su magnífica actuación del Primavera Sound del 2007, pero ahora son una banda fija, apasionada y profesional con un buen rollo que se nota desde la distancia que supone el escenario, la misma que después transforman en todo lo contrario, cercanía. Con una sala ansiosa por comenzar a galopar y de fondo sonando el Boss, salieron a escena de manera puntual en su cita barcelonesa. Tras ellos  una proyección, hubo numerosas, de una silueta de un ciervo que avanzaba, lenta pero firmemente, mientras arrancaban con la bonita “For Annabelle” perteneciente a su último disco. Un sonido que al principio retumbaba y que pronto se estabilizó, pero que sin duda era menos molesto que las charlas de dos pijas yankis que no paraban de abrazarse y de hablar por encima de las canciones, es el impuesto que debemos pagar el resto cuando un grupo alcanza una fama “teenager” en un país tan dado a enfacitar lo que está de moda.
   La tregua había finalizado y pisaron el acelerador con una robusta “NW apartment” inmersa en el vasto paisaje que tenían a sus espaldas. El primer guiño a su álbum de debut, fue la emocionante y eterna “The Great Salt lake”, que encendió definitivamente la llama. Le siguió un tema nuevo “Bats”, rock carnoso y todavía sin un rodaje claro. “Cigarettes, Wedding Bands” con ese estribillo tan tarareable, engancho, por supuesto. En el repertorio se entremezclaron esos medios tiempos, que en sus discos pueden sonar incompletos y faltos de fuerza, pero que en directo adquieren cotas de intensidad que los hacen consistentes. Una de las cumbres de su último disco sonó rotunda y vibrante, “Compliments”. Acto seguido rompieron con la expansionista “Marry song”, de su segundo trabajo “Cease to Begin”, que subió de nuevo la tensión en la audiencia. Con luz tenue, cambio de vocalista principal y su líder sentado a la pedal steel, ese bonachón teclista llamado Ryan Monroe, tomó la voz cantante en esa preciosa balada vaquera llamada “Older”, que enlazó de maravilla con los sintetizadores de “Factory”. Un momento bucólico y encantador que a buen seguro provocó el “momento pareja” de los conciertos.  Nuevos guiños a “Everything all the time” y la épica melancólica de “Monsters”. Con la Sala Apolo ya entregada a la banda, un final de concierto magnífico: “Laredo” soberbia y exultante, “No one´s gonna love you” con el cielo estrellado en esa noche fotografiada y lagrimillas en los ojos en más de un rockero – que los había a pares-, la bipolar “Ode to LCR”, “Wicked Gil” clásico atemporal de su repertorio que hace hervir la sangre del más lánguido, y la suprema y coreada “The Funeral” para cerrar el concierto.
   Con toda esta emocionante sucesión de temas bien podían haber finalizado, no hubiese pasado nada, pero estos caballos salvajes salieron a por todas, reservando en sus alforjas dos auténticas joyas de su primer disco: “Part One” y ese grito a la libertad festiva que es “Weed Party”, con su correspondiente “Yiha!” de apertura y unos Band Of Horses conscientes de su éxito rotundo en una atmósfera de felicidad completa, que elevaba todo a los cielos de esos bellos paisajes que les acompañaron toda la noche.
    El último tema que interpretaron, entre el éxtasis colectivo, fue “Is there a ghost”, con rotura de cuerdas incluida y guión por los aires - Bend Wrindell se bajó del escenario para entregarse a las masas en cuerpo, sudor y alma-. El subidón del público asistente se podía palpar en toda la Sala Apolo.
    Un concierto memorable, que dejó el mejor sabor de boca posible y que será recordado en mucho tiempo. Una de esas noches que engrandecen el rock en directo. "La banda ecuestre" cabalgó por Barcelona como unos pura sangre venidos desde Las Montañas Rocosas.



Words and pics by  Javier Mateos.                                                        




Set List

















                                                                                                                             

RADIOHEAD IS BACK!

Saltó la sorpresa en la Condomina: Radiohead vuelven con nuevo disco, The kings of limbs, que podrás comprar digitalmente este sábado 19 de febrero. Si prefieres hacerlo de la manera habitual, es decir físicamente, tendrás que esperar hasta el próximo 9 de mayo para que te llegue. Los detalles aquí abajo:


Newspaper Album - PRESALE

Radiohead's new record, The King Of Limbs, is presented here as the world's first* Newspaper Album, comprising:
  • Two clear 10" vinyl records in a purpose-built record sleeve.
  • A compact disc.
  • Many large sheets of artwork, 625 tiny pieces of artwork and a full-colour piece of oxo-degradeable plastic to hold it all together.
  • The Newspaper Album comes with a digital download that is compatible with all good digital media players.
  • The Newspaper Album will be shipped on Monday 9th May 2011 you can, however, enjoy the download on Saturday 19th February 2011.
  • Shipping is included in the prices shown.
  • One lucky owner of the digital version of The King Of Limbs, purchased from this website, will receive a signed 2 track 12" vinyl.
*perhaps
Newspaper Album + MP3  PRICE €36.00
Newspaper Album + WAV PRICE €39.00



http://thekingoflimbs.com/

domingo, 13 de febrero de 2011

sábado, 12 de febrero de 2011

TINDERSTICKS LIVE!

SALA APOLO, BARCELONA, 30/10/10.
La larga carrera de Tindersticks no impidió que en la Sala Apolo se respirase esa sensación nerviosa de las grandes ocasiones. Con su octavo trabajo bajo el brazo, el nebuloso y jovial Falling Down a Mountain, y David Kitt como telonero de lujo pero fusionado como miembro de la banda, se presentaron ante su público con una puntualidad de agradecer. Sobrios y oscuros abrieron su show con la primera canción de su nuevo álbum que además da título al disco. Un saxo poderoso que estremecía la atenta mirada de su público. Con un sonido excelente, brillante pero envolvente, la voz de Stuart A. Staples sonaba acongojada deliberadamente. Después de la tensión de la apertura llegó la caricia sutil de “Keep you Beautiful”, con unos coros magistrales y ese xilofón adictivo. Sonó irresistible. Sin tregua, una inyección de clasicismo de cosecha propia, la excepcional “Marbles”. El factor sorpresa impulsó la velada de manera definitiva. La voz profunda de Stuart dominado el tempo, con su introspección escénica y esos ojos cerrados que abren de sopetón las emociones del resto. Parco en palabras, que no distante, y concentrado en su exposición y desnudo público. La banda sonando compacta y concentrada sin perder el buen rollo. La sala y sus fans estábamos ya entregados. Vuelta al brillo y al buen gusto de la mano del elemento más preciosista de su repertorio, el chelo. “Sometimes it hurts” (de su álbum del 2001 Waiting for the moon), sin voz femenina -no hizo falta-, subidón indescriptible. El público rendido, eufórico y generoso sin escatimar en muestras de pasión y calor. La comunión era un hecho, con lo cual el resto era coser y cantar, entrega de la banda y el auditorio con la sangre ardiendo. Ayudó en este punto esa especie de paseo a caballito que es “She rode me”, puro spaghetti western.
     Pero la noche es, sin duda, la mejor aliada de su música, con ella adquiere el valor que les ha hecho grandes, todo eso unido a ese olor a urbe enamorada que transmite su música. “Peanuts” del nuevo disco sostenida por un bonito piano y la sentida voz de Stuart A. Staples. Mera escusa para arrancar el alma de los presentes, la noctámbula “Bathtime” del genial Curtains, entró sin previo aviso con ese piano y ese chelo que son como cuchillas en la oscuridad. ¡Benditos cortes! Nunca una pandereta sonó mejor como epílogo. “The other side of the World” devolvió el lado más intimista y recogido. Banda sonora de historias inacabadas.
    La luz también tiene cabida en el repertorio de Tindersticks, siempre sin alejarse de la oscuridad, “Black Smoke” cargada de soul, falsetes y cencerro, provocó un contagioso ritmo palmero en la sala. Un tema para mover el palmito, curioso. Ya se sabe, cuando te suben son especialistas en bajarte al instante, mucho. El precioso piano de “Factory Girls”, nos devolvió a la realidad. Antes de los bises otro destello perteneciente a su último álbum, “Harmony around my table”. Para afrontar el resto, el público encendido y ruidoso, se encontró con la increíble y básica “City Sickness”, sonó enorme (clásico). Casi dos horas después en un acto de gratitud a la abarrotada Sala Apolo, cuando todo parecía haber terminado, empuñó su guitarra acústica entre el júbilo del respetable y nos regalaron una apasionada “Tiny tears”. Broche de oro a una velada inolvidable de un concierto enorme y muy emocionante. La noche de aquel sábado, con todas esas lágrimas diminutas, se formó un océano de gratificantes aguas azules.


Words and pics by Javier Mateos.
                                                                                                                          Set List







SI TU SUIS MON REGARD



El Rey de Francia no cree en monarquías.


jueves, 10 de febrero de 2011

THE KING IS DEAD


Hace ya diez años que The Decemberists autoeditaron su primer ep “5 songs”. A lo largo de este periodo de tiempo han cosechado todo tipo de elogios y reconocimientos en el mundo del indie-pop alternativo. “The King is dead” (Capitol, 2011), es su sexto disco y también significa un regreso a su lado más luminoso y radiante. Tras el olvidable y plomizo “The Hazars of Love” (Capitol, 2009), se antojaba una crisis creativa que se ha solventado de un plumazo con este nuevo trabajo. Los de Portland salen por la puerta grande y regresan a sus mejores tiempos creativos, aquellos que encontraron la década pasada, sobretodo con aquella cima llamada “Picaresque” (Kill Rock Stars, 2005). En esta nueva y contundente colección de diez temas, no sólo nos encontramos con auténticas joyas de pop “jovial” que rozan la perfección, también con medios tiempos aflorados que cubren con su manto estos días de frío, gracias a una calidez reconfortante y digna de periodos más agradables -meteorológicamente hablando-.
La banda de Colin Meloy siempre ha sabido moverse con tremenda facilidad entre ese pop sencillo pero contundente, y un folk que a veces es canalla y otras amable. El propio Colin muestra un cambio significativo a la hora de construir las historias que cuenta a través de sus textos, normalmente magníficos y llenos de personajes novelescos, que aquí pasan a un segundo plano, imponiéndose en esta ocasión la primera persona. Desde el primer corte “Don´t carry it all”, hay una declaración de fuerza más que perceptible y además una razón de peso: Peter Buck. El guitarrista de R.E.M. surge como un resorte, también patrón que ya no es necesario ocultar. Las similitudes con la banda de Athens siempre han estado presentes, pero en este álbum hay temas que perfectamente encajarían en el catálogo de su excelsa carrera. Sin ir más lejos el segundo corte “Calamity Song”, con esa inconfundible Rickenbaker de doce cuerdas y coros de Gilliam Welch, se hace más que evidente. Irresistible. La naturista y descriptiva “Rise to Me”, bien podía tratarse de un cameo del mismísimo genio de Toronto, Neil Young.  Sin abandonar esas altas montañas que respiraban frescor y melancolía por partes iguales, de repente nos encontramos con el duro trabajo en la mina, canciones con aires marinos para ser coreadas por hombres anónimos y robustos de épocas lejanas y pioneras, “Rox in the Box”. Para recordarnos que estamos en un tránsito estacional, “January Hymn” aparece como escape hacia el mar y a la vez se convierte en un lamento de los días en que se escapó el amor. De esta manera tan bucólica, finaliza la primera parte, en vinilo la cara A.
    Ha quedado claro que hay dos partes muy diferenciadas en este disco. La cara B se inicia con el primer sencillo extraído y que rezuma aires de clásico por los cuatro costados. “Down by the water” es lo que fue “The One I love” para R.E.M., el espaldarazo definitivo para entrar en la liga de los grandes -gracias a este tema han conseguido el número uno en las listas de ventas norteamericanas-. “Temazo” de coros memorables y una base melódica que Peter Buck eleva hasta fundirse con la voz de Colin Meloy. “All Rise!” desprende un delicioso country-rock que llena de polvo las botas del personal e incita a bailar sin cesar. Acabado el invierno, “June Hymn” abre paso a un sol que arde y se posiciona en todo lo alto. Enlace perfecto para cerrar los ojos y alcanzar la perfección pop en “This is Why We fight”, canción que no hubiese desmerecido entre los momentos más brillantes de la carrera de The Smiths. Pieza de matices infinitos, melodía cristalina y cumbre ya en la carrera de The Decemberists. Una delicia al alcance de muy pocas bandas. Ahora que la luz brilla con fuerza va tocando la hora de la despedida. “Dear Avery”, se convierte en un crepúsculo idílico arropado por una “pedal steel” cargada de melancolía, y acompañado de unos coros aterciopelados a cargo de  Laura Veirs, que dejan el listón muy alto. A penas finalizada la última nota, la aguja enfila su camino implacable hacia el final del vinilo. Una sensación de haber vivido algo irrepetible recorre nuestro interior. 
   The Decemberists han logrado su obra maestra sin apenas despeinarse. Su “Out of Time” particular. Un triunfo apabullante y elegante que ciega con su radiante luz y color amarillo. El mismo de su portada y que nos recuerda que el rey de los astros ilumina el camino al resto de los mortales.

Javier Mateos




Publicado en el blog de NEO 2 ayer 09/02: http://www.neo2.es/blog/2011/02/the-decemberists/

James Blake




El nuevo príncipe ya está aquí, entre nosotros.


miércoles, 9 de febrero de 2011

The Walkmen LIVE!

12 DE NOVIEMBRE 2010, SALA RAMDALL. MADRID

(Aparecido en el Blog de Neo2) http://www.neo2.es/blog/2010/11/the-walkmen/

Después de muchos años de espera, por fin, The Walkmen aterrizó en nuestro país en la gira de presentación del sensacional “Lisbon”, Fat possum 2010. Bien es cierto que actuaron en un FIB, pero teniendo en cuenta que esta grandísima banda pertenece a esa otra liga de músicos al más puro y genuino estilo underground, un festival mastodóntico no es el sitio idóneo para verlos. Una sala, cuanto más pequeña y escondida, mucho mejor. Aparentemente todo eso parecía encajar, pero de repente… surgió proyectada desde el maravilloso “Templo de Debod” una sala llamada: “Ramdall”. Sonaba a tierras altas llenas de Orcos y demás fandrollos* del mundo Tolkien. Sin embargo, teníamos ante nuestros ojos una especie de sala-bingo decadente, enmoquetada en su recibidor y al fondo un escenario austero y desolador lleno de olor a tómbola. Ante este panorama podían darse dos posibilidades: o esto terminaba en éxito o en el fracaso más estrepitoso.
En la “noche neoyorquina de Madrid”, como absurdamente se empeñaron en recalcar los medios en los días previos - tocaban en otro punto Vampire Weekend y los insulsos The Drums-, la opción musical inteligente era estar con The Walkmen. Poco después de las diez de la noche, en una sala donde había un pequeño número de fans y uno mucho más amplio de figurantes (probablemente clientela habitual a la que habían obsequiado con entradas para hacer bulto), aparecieron sobre ese “escenario”, capitaneados por la voz inalcanzable de Hamilton Leithauser - a veces crooner, otras ensangrentadamente desgarrado-, con la misión de darle la vuelta a la tortilla. Sin más apretaron el gatillo y tres disparos sucios dieron en plena diana:"On the Water", "In the New Year" y "Angela Surf City". Balas que chocaban con el infame sonido de la sala-bingo, abrirse hueco entre tamaño desastre parecía tarea imposible. Pero aún así, la fuerza de su interpretación fue limando todas las adversidades. La temperatura subió muchos grados y al mismo tiempo se quitaban de encima los pesos pesados de su repertorio más reciente. Planteamiento inteligente.

   Caldeado el ambiente, nos agarraron de una mano y sacaron a bailar con esa joya pop que es "Woe Is Me". La luz iba surgiendo de las tinieblas. Le siguió la genial "Blue as your Blood". La banda compacta, entregada a su arte, impasible ante los silbidos de pueblo de más de un garrulo que no tenía culpa alguna de estar allí. El disparate no hacía más que engordar la leyenda. Llegados a este punto, el concierto había evitado todas las trabas posibles; era el mejor momento para tocar "Victory". La fuerza de la voz de Hamilton Leithauser, enfundado en una chaqueta cuatro tallas más grande y con unos preciosos zapatitos castellanos – ¡esto sí que es ser indie!-, más los hostiazos de ese pequeño gran hombre que es Matt Barrick, hicieron que el desenfreno rock llegase a Ramdall para quedarse. El bueno de Hamilton con su mano izquierda metida en el bolsillo siempre que hay que bajar la luz. "While I Shovel the Snow" sonó escandalosamente angelical. La introspectiva "Canadian Girl" ya se mecía a sus anchas, impulsada por los chasquidos de Barrick y abrazada por la impertérrita Rickenbaker de Paul Maroon. Con los garrulos desplazados por el arte y sus fans en una nube, todo alcanzaba cotas memorables. "Four Provinces" con un despliegue de ritmos y compases imposibles, sin palabras. Estruendo. Antes de cerrar el concierto una cautivadora "Everyone Who Pretended To Like Me Is Gone". "Lisbon" y su tono solemne, sin vientos, nos elevó al cielo de Madrid.
    Los presentes queríamos más y así fue. Salieron con la onírica, "We´ve Been Had", de su primer álbum, preciosismo sonoro creado por los teclados de Walter Martin y la sensualidad del tono de su cantante. Tocaba la presentación de la banda entre el clamor de la acalorada audiencia, seguidamente arrancaron con la esperadísima "The Rat", una burrada. El músculo había hecho acto de presencia. La maravillosa "Juveniles" surgió entre el delirio de todos nosotros, con ese teclado tan ensoñador y mágico. Desbordados y entregados en cuerpo y alma, no podíamos pedir más. The Walkmen nos dejaron noqueados por completo, al borde del éxtasis. Terminaron escribiendo, con letras de oro, un concierto insuperable, histórico y emocionante. Como epílogo a esta noche increíble se despidieron con un waltz rebosante de alma negra: "Another one goes by", de su tercer álbum “A hundred miles off”.
   La humildad es una virtud que muy pocos pueden potenciar. The Walkmen demostraron que son la mejor banda underground de toda América, probablemente del mundo. Adaptándose al peor de los medios dieron todo su arte sin esperar nada a cambio.
   Mientras en otro punto de la capital cientos de modernos se dejaban chupar la sangre, unos cuantos privilegiados dejamos que nos devorasen el alma sin oponer resistencia alguna. Esa noche, como dijo un amigo mío, The Walkmen cantó Bingo.
* Fandrollos: dícese de aquello indefinible. Se puede utilizar indistintamente con personas, animales o cosas.


Javier Mateos





Pics: The Walkmen by Pablo Duckula - Set Cutre List (original!) by Pedro Pan.