Radiohead: chicos perdidos.
El otro día departiendo en un bar con un amigo y fanático de la banda que ahora abordaremos, nos enzarzamos en una 'discusión' afable sobre una de los grupos que más ha cambiado el panorama de la música en los últimos años: Radiohead. Los de Oxford han sido una pieza clave de la música contemporánea para casi todos, pero para otros tantos, con muchos matices, incluso, con más trampa que cartón.
Todo surgió mientras sonaba uno de esos temas de sus inicios, del inocente y a veces insultante 'Pablo Honey', 1993. Aquel disco los lanzó al universo sonoro gracias a aquel himno indiscutible 'Creep', aunque la edad no haya pasado en balde por él. La carrera de Radiohead se debatía entre ser la respuesta británica a unos inspiradísimos U2 de principios de década de los 90, y la vía de escape necesaria para salir de aquel agujero sin fondo que fue el Brit Pop. Cuando editaron el genial y rockero 'The Bends' 1995, parecía como si en esa carrera de camellos de feria en la que los habían metido, sacasen una cabeza de ventaja sobre el resto. Excelentes maneras, sin duda. Pero fue en junio del 1997, hace ya 15 largos años, cuando el planeta entero fue testigo directo del alumbramiento de una obra 'casi' maestra : 'OK Computer', nunca lo fue del todo por culpa de una canción tan vulgar como 'Electioneering'. Se la podían haber ahorrado, la verdad. En ese mismo año, para muchos, se llevó el gato al agua el fascinante disco ingrávito de Spiritualized 'Ladies and Gentlemen We Are Floating in Space'. Un rival directo de marcada atmósfera lunar y espacial, características que compartían misteriosamente ambas obras. 'OK Computer' contenía canciones que forman parte de la humanidad, sin embargo, el de Spiritualized era una obra perfecta donde el todo arrasaba con sus partes. Victoria por la mínima.
Puede que fuese ese hecho, o no, lo que les llevó a buscar y profundizar aún más en sus musas hasta encontrar la perfección que incomprensiblemente habían perdido en el último momento. Tres años que parecieron una eternidad: dudas, rumores, espectación, presión... demasiadas vallas en tan corta carrera. 'KID A', 2000, llegó bajo un gran misterio, sin singles, sin nada. Si 'OK Computer' jugaba con imágenes y dibujos azulados y blanquecinos (más espaciales), 'KID A' partía del hielo de sus frías y distantes montañas sobre un horizonte oscuro, el del comienzo del siglo. El desconocimiento de la nueva era, el acto previo y visionario de un Occidente perdido a su suerte, gracias a la ambición de los poderosos y su descarnada guerra por destruir todo lo que se les pusiese por medio, y finalmente hacer del capital, ironicamente, su peor enemigo.
Aquella obra descomunal, aún retumba en los oídos de los que vivimos ese momento. Rock de Vanguardia. Pillando un poco de allí y de allá, consiguieron mejorar lo que ya barruntaban con su álbum blanco. El mundo a sus pies, la reverencia a los nuevos reyes, calidad y ventas unidos en un misterioso enlace que pilló por sorpresa al mundo del rock. En este disco helado había sitio para las canciones: 'Optimistic' o 'Everything in Its Right Place', dan buena muestra de ello. Pero el disco era redondo, perfecto. Si ya con sus anteriores álbums habían logrado crear una plaga infame de imitadores (los más lamentables, MUSE), ahora era el acabose. Lo mejor de todo es que anunciaron que tenían un hermano gemelo, menos listo pero igual de bello: 'Amnesiac', 2001. Ahí comenzo la decadencia. Inicialmente mejor que la de otros grandes del rock; buenos fueron los siguientes intentos 'Hail to the Thief' y la "supuesta" vuelta al rock de guitarras 'In Rainbows', aunque el paso del tiempo ha demostrado que su avant-rock, como se vendían ellos mismos, ya no era tal, era rock de calidad pero sin ningún tipo de riesgo hablando en términos Radiohead. Lo peor llegó con 'The King of Limbs', un trabajo mentiroso y lamentable (su disco de remezclas lo dignifica), un engañatontos. A pesar de todo, muchos seguimos cayendo junto a ellos...
Radiohead debieron desaparecer, casi completamente, allá por el 2003, el resto ha sido un quiero y no puedo, una decadencia invisible para sus fans más acérrimos. Su lider, Thom Yorke pasó de esquivar las lentes del planeta, de ser 'creep', a posar y creerse el más 'handsome' del mundo entero, eso sí, las cosas por su nombre, con un excelente disco en solitario: 'The Eraser', 2006. Sus intentos por hacer ver que su sufrimiento era real (seguramente lo fue en algún momento), quedó en mera burla y en bandeja sobre la mesa para aquellos que nunca le creyeron. Mientras, ese excepcional guitarrista, Jonny Greenwood, se metió en el mundo de la música clásica y el de la creación de bandas sonoras, con un futuro realmente alentador, y una inexplicable permanencia en una banda que ya no va con él.
Por suerte, muchos otros grupos recogieron la corona del que fue su reinado y ahora nos deleitan con auténtico avant-rock, de verdad, sin plásticos ni fandrollos. Por ello, en este 2012, nos ponemos en pie para saludar a los nuevos y merecidos monarcas del rock moderno, sus majestades mentirosas, LIARS, un trío que posee una carrera inmaculada y que nunca ha grabado un disco igual. El grupo que no nos ha hecho perder la esperanza en la independencia, calidad y en la creatividad como virtud intrínseca en un cancionero. Thom y compañía, alzad la mirada y curar vuestra ceguera ante esta obra 'WIXIW', un disco que os debería sacar los colores que hace tiempo vuestro hijo perdido dejó escapar para vuestro desconsuelo.
Javier Mateos
Electioneering:
I Think I´m in Love:
Everything in Its Right Place:
LIARS:
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