miércoles, 30 de noviembre de 2011

En Persona: Tachenko. Live in BCN

En Persona presenta: Tachenko + Fernando Alfaro y Maronda. 
La [2]. 29 noviembre 2011. Barcelona



Dentro del original ciclo de conciertos En Persona, donde un artista se rodea de amigos de la farándula y además es sometido a un tercer grado por sus fans para así conocer un poquito más y de cerca las personas que se esconden detrás de los artistas, les tocó el turno a los chicos de Tachenko. De esta manera se cerró la tercera entrega de este formato tan novedoso en la ciudad condal. Los maños son una banda más que consolidada en lo alto y granado del indie-pop realizado en este país. A parte de ser unos excelentes músicos, irradian buen rollo (en el sentido pleno y bueno de la expresión), simpatía y cercanía por partes iguales. En este tipo de veladas organizadas por Alicia Rodríguez y Nona Rubio, prima la naturalidad y la oportunidad de poder ver a los artistas que admiras desde una perspectiva innovadora e imprevisible, pero lo más importante, sin perder la música como ‘lengua vehicular’ dentro de un marco y contexto cultural que es la representación melódica en directo.
  Tachenko abrieron la velada con una sonrisa que mantuvieron con naturalidad durante las tres partes en que se dividió su actuación. En el primer acto tocaron mayormente temas pertenecientes al que fue su último disco largo: “Os reís porque sois jóvenes” (Limbo Starr, 2010). Comenzaron con la fuerza y vitalismo que caracterizan sus actuaciones, y animando al personal a que más tarde preguntasen lo que les apeteciese, eso sí todo dentro de unos límites… “Compañeros del Metal” nos dio las pistas necesarias de por donde irían los tiros del bolo; pop adictivo y luminoso -las marcas de la casa-. “Tírame de un volcán”, “El Respland’or” (excelente tema) o “Huracán”, guiño a su primer y mejor disco “Nieves y Rescates” (Gelmar, 2004), hicieron las delicias de los fans. A pesar de estar sentados, el brío se transmitía y contagiaba desde el escenario, con un Sergio Vinadé siempre amable, sonriente y dicharachero. Entre charla y charla distendida, siguieron lanzando su orfebrería pop que en directo siempre suena más guitarrera, descarnada y fuerte que en estudio (como así indicó un ‘fan-amigo’ en el primer turno de preguntas). La preciosa “Robar y Compartir” precedió a las nuevas “Yo no quiero sonar moderno”- parece ser que no es una declaración de “intenciones”-,  o “El Alud”, la mejor de su último Ep, “Apúntame a mi primero” (Limbo Starr, 2011). Todas ellas manteniendo ese nivel luminoso y alegre que les caracteriza.

 Acto seguido, con una sala casi repleta, una mesa, cuatro sillas y una botella de vino hicieron el resto: turno de preguntas. Es sin duda la parte más curiosa, distendida y divertida de estas veladas. Hubo preguntas varias, desde el chico que decía irónicamente que si el Facebook de Vinadé lo lleva un “community manager” y que nunca contesta. Sergio, por alusiones, dijo que hace lo que puede, y el chico replicó que solo lo hace con chicas, pero tres varones demostraron todo lo contrario. Vinadé rió pícaramente… El mencionado ‘fan-amigo’ que insistió en la cuestión de ese sonido menos rocoso en el estudio que en el directo. Entre sorbo y sorbo dieron paso a dos amigos, Maronda, dueto formado por el bajista de La Habitación Roja, que tocaron en formato acústico cuatro temas de su primer disco “El fin del mundo en mapas”. La siguiente salida al escenario de los de Zaragoza venía acompañada por la presencia del siempre aclamado, distante y huraño Fernando Alfaro, que sin duda contrasta con la personalidad y actitud de los cuatro chicos de Tachenko. Del albaceteño tocaron dos temas que su autor interpretó de menos a más, aunque su voz en directo nunca ha sido una de sus mejores armas, fue un momento curioso verles juntos en el escenario de la Sala Apolo. También junto a Alfaro interpretaron dos de su repertorio, ese himno ‘hooligan’ -como dijo tímidamente el ex de Surfin’ Bichos-,  “La Resistencia”, culminada con su mejor tema de siempre “Amable”.

Antes de alcanzar el tercer acto, el último turno de preguntas donde la anécdota la protagonizó una chica que llegó tarde al concierto y le pidió a Vinadé que le hiciese un resumen de lo acontecido y tocado. Entre las sombras de los presentes, se repitió la petición, de nuevo, de “Mediterráneo”, el clásico de Serrat para acabar la noche.

Con la misma simpatía, vitalidad y energía que mostraron a lo largo de toda su actuación comenzaron su despedida. Fulminante el inicio con el solo de batería que precedió a una inolvidable “Afganistán”. “Nataciones” y “El tiempo en los Urales” dieron paso al final de fiesta con el clásico de Serrat: “Mediterráneo”. Respetuosa, sentida y sencilla, como son ellos; Tachenko, excelentes músicos y mejores personas.
Lo dicho una “bonica” velada.

Javier Mateos.



SET LIST:

martes, 29 de noviembre de 2011

I Can See the Pines are Dancing

Ahora que cada vez hay menos cordura y más necesidad de entereza y protagonismo, es bueno ver danzar a la Naturaleza en una coreografía de colores y oxígeno desenfrenada. La melodía serán sus hojas, la voz el viento. Recuerda que la verdad la sostienen los árboles. El cemento siempre es mentira.


Javier Mateos.

READ:


This is a hammer.
this is a hymn.
This is a match to a ball of lies.
This is the blade.
This is the beauty.
These are the stars raining down from the sky

This is the light that shines and I can see the pines are dancing.
This is the leaving of another love.
This is the howling at the moon.
These are the arms you fell into.
I am a fire and I must burn today.

This is an echo.
This is the Glory.
This is the pounding of a midnight heart
This is the mountains.
This is the lightning.
This is the man pulling on his iron chains.

This is the light that shines and I can see the pines are dancing.
This is the leaving of another love.
This is the howling at the moon.
These are the arms you fell into.
I am a fire and I must burn today.




PLAY AND DANCE:







lunes, 28 de noviembre de 2011

Who's In Control?



¿Quién maneja los hilos? Pues los perros sarnosos de la banca. ¿Quién controla Europa? Pues una pitbull nazi y un enano que se cree el Napoleón del Siglo XXI. Conclusión: revueltas y pacifismo violento. Es lo que hay.

Javier Mateos.


PLAY IT LOUD:

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Charles Bradley hoy en el Apolo (barcelonés)

Como si del año 1963 se tratase y en vez del Apollo neoyorkino fuese en el Apolo barcelonés, aunque en el año 2011, hoy hay cita con la Historia. Charles Bradley, la voz negra que se equivocó de década y de siglo, recala dentro del Primavera Club (con un cartel discutible) para ofrecer un recital que seguro dejará a los fans de la música con la boca abierta. Ayer actuó en Madrid; dicen que fue sencillamente magistral. La bestia negra con sus garras y esa voz ancestral estará acompañada por sus compañeros blanquitos, en la que es una banda sólida e inmejorable, para hacer de su arte una postal sonora y guardarla por muchos años en el cajón más cercano que tengamos mientras soñamos.
KISTE F.M. se tira de los pelos porque no asistirá, hoy sois vosotros los que seréis testigos de la música en directo. Nosotros estaremos aquí esperando sentir su alma en nuestro destierro.

Javier Mateos.

PLAY:

martes, 22 de noviembre de 2011

If You Go Away




"Si te vas, nadie te echará de menos. Si te vas, ni el sol ni el cielo escupirán sus tópicos. Si te vas, alguien vendrá para verlo. Si te vas, quedará tu recuerdo. Si te vas, habrá un silencio eterno. Si te vas, sabré cuando amanece desde el primer segundo en que me despierto. Si te vas, pensaré que el siguiente lamento es tu regreso. Si te vas, sentiré la ausencia en mi aliento. Si te vas..."  S.M.


READ:

If you go away
On this summer day
Then you might as well
Take the sun away
All the birds that flew
In the summer sky
When our love was new
And our hearts were high
And the day was young
And the night was long
And the moon stood still
For the night bird's song

If you go away

But if you stay
I'll make you a day
Like no day has been
Or will be again
We'll sail the sun
We'll ride on the rain
And talk to the trees
And worship the wind

Then if you go
I'll understand
Leave me just enough love
To fill up my hand

If you go away
As I know you will
You must tell the world
To stop turning, turning
'til you return again
If you ever do
For what good is love
Without loving you?
Can I tell you now
As you turn to go
I'll be dying slowly
'til the next hello

But if you stay
I'll make you a night
Like no night has been
Or will be again
I'll sail on your smile
I'll glide on your touch
I'll talk to your eyes
That I love so much

But if you go
I won't cry
Though the good is gone
From the word goodbye

If you go away
As I know you must
There'll be nothing left
In this world to trust
Just an empty room
Full of empty space
Like the empty look
I see on your face
And I'd have been the shadow
Of your shadow
If it might have kept me
By your side


PLAY:

lunes, 14 de noviembre de 2011

Okkervil River Live in BCN: "Aullidos de Felicidad"

Okkervil River, Teatre Coliseum,         
10 de noviembre 2011. Barcelona.


El pasado jueves dentro del 43 Festival Internacional de Jazz de Barcelona, había cita con el rock vitalista y elevador de Okkervil River. La banda de Austin, Texas, presentaba su nuevo disco, “I am ver Far”, enésima muestra de la evolución ascendente de esta gran banda, tras una década de editar auténticas joyas musicales con discos como “The Stand Ins”, “The Stage Names” o “Black Sheep Boy”. Antes de la puesta en escena de los muchachos de Will Sheff, tuvimos la oportunidad de disfrutar del pop de tono grisáceo de los italo-canadienses A Classic Education, que dieron muestras de un repertorio intenso y bien ejecutado, que calentó los motores antes de la aparición de las estrellas de aquella noche de luna llena radiante.

El Teatre Coliseum es un precioso marco azulado para poder disfrutar cómodamente sentado de una velada musical que se presumía "tranquila" y "apacible". En cambio, encontrarse ante ese torbellino salvaje y sureño que es Will Sheff en esa situación, se hace extraño, confunde. Este joven aunque ya veterano músico, compositor, ilustrador y magnífico letrista (novelista diría yo), es una huracán de fuerza arrolladora. Desde su primer rasguido a la guitarra hasta el último de sus aullidos, lo da todo; todo no, más. No recuerdo haber visto a alguien con tamaña dedicación, entrega y pasión sobre un escenario en muchos años. Con una banda de excelentes músicos (ahora que su compañero y amigo, Jonathan Meiburg, se dedica exclusivamente a ese proyecto común y aterciopelado que lleva por nombre Shearwater), escoltado y protegido por las ilustraciones de un par lobos siniestros como fondo escénico y un carisma como el suyo, triunfar es sólo cuestión de esperar un par de segundos.

El concierto arrancó con  pasión circense y misteriosa en “Wake and Be Find”, de su último trabajo. Entre saltos y movimientos descabalados, sin pausas ni treguas, continuamos atónitos asistiendo a un comienzo de recital que nos empujaba y mantenía a duras penas en nuestras butacas teatrales. Enlazando con la impactante y rabiosa “For Real”, de aquel maravilloso y oscuro álbum “Black Sheep Boy”, seguimos agarrados a nuestros asientos con cada vez menos fuerza para ello. Los lobos del fondo, cada vez más desafiantes, proyectaban su influjo lunático hacia su creador, que aullaba sin cesar con muchas ganas, jugando en todo momento con los dos micros que tenía ante él. “Rider” llegó entre las primeras gotas de sudor incontrolable por la intensidad de sus movimientos. Ya por ese instante me preguntaba cuando iba a parar este chico, que seguía sin cesar moviéndose por todo el escenario, transmitiendo una felicidad y alegría que ya quisiesen muchos. Su voz poderosa, no titubeaba a pesar del esfuerzo físico que se impone inconscientemente. “Black” es otro trallazo de pop-rock perfecto. Sonó de manera descomunal, ante una audiencia cada vez más contagiada e inquieta. La mini “pausa” llegó con la adictiva “Piratess”, es preciosa composición que les acerca a discotecas de otros tiempos pretéritos, con esa base rítmica excepcional, mención especial al baterista de la banda, un músico asombroso con un sentido del ritmo elogiable y envidiable.

Simpático con la audiencia, la cosa se relajó aparentemente mientras interpretaban “John Ally Smith Sails”, porque cuando desembocó en ese clásico del pop más luminoso jamás grabado “Sloop John B (I Wanna Go Home)”, con unos preciosos coros a cuatro bandas, estoy seguro que la luna otoñal del exterior sonrió sobre la mar, como si de un verano californiano se tratase. Estar sentados era ya casi insostenible. Para poner la guinda al pastel en el momento más emotivo de la noche, “We Need a Myth”, épica y mítica al servicio de los soñadores, ahora que vivimos tiempos donde la pérdida está a la orden del día. “The Valley” le devolvió su carácter más rockero, tanto que incluso en su obsesiva e impulsiva forma de interpretar perdió hasta sus gafas.
Solo en el escenario, demostró sus dotes como cantante, y con su guitarra acústica nos deleitó con “Stone”.
Pero si hubo un momento que realmente traspasaron los corazones de los asistentes, fue sin duda cuando el in crescendo de “Your Past Life as a Blast” derivó en un teatro en pie (ya no aguantábamos más) cuando en su parte final, cargada de hermosura, repetía una y otra vez, mientras golpeaba en su pecho, la frase: “Because no one is going to stop me from loving my brother, not even my brother”. Sublime. Locura colectiva y el “acabose” con la imparable y ardiente “Our life is not a movie or maybe”.


Fue entonces cuando casi saltando a la platea hizo que todos los asistentes enloqueciésemos con la entrada del banjo de “Lost Constantines”, a pesar de que se echa de menos la voz profunda y cincuentera de Jonathan Meiburg. Ahí ya nadie se volvió a sentar, la entrega era total. Will Sheff se había quitado la máscara, era el tercer lobo, un hombre lobo en la noche barcelonesa.
Tras ella los bises, la más tranquila, “A girl in Port”, precedió al zarpazo final con “Unless it´s Kicks”. Descarnada, musculosa e irresistible. Las primeras filas desatadas, y el teatro en llamas. Ni la bala de plata más reluciente hubiese acabado aquella noche con el bueno de Will Sheff. Una velada para subir la moral a la tropa. Fuera lamentos, música vital  al servicio y por el bien colectivo.
Okkervil River son ya más que una realidad, están en la división de honor del rock.




Palabras: Javier Mateos.
Capturas: Javier Mateos y Sandra Hormigo.

 SET LIST:

Who´s Gonna Ride Your WIld Horses

El próximo día 19 de noviembre se cumple el 20 aniversario de la edición de uno de los más grandes y fascinantes discos de la Historia del Rock. Parece que fue ayer cuando estos treintañeros inmersos en una crisis personal, musical y vital, echaron la vista atrás, fijaron su mirada en su interior y decidieron salvar sus carreras sin pensar en el pasado ni en un futuro inexistente. La reinvención llegó y construyeron un álbum plagado de emociones eternas cuyo nombre era/es: "ACHTUNG BABY". Todavía hoy sigue sorprendiendo por su fuerza, profundidad y frescura inalterable.

"Who´s Gonna Ride Your Wild Horses" es una de esas canciones que vencerá el paso del tiempo.  Melodía y letra siempre presentes, buscando los lugares más complejos del amor y del egoísmo individualista de sus protagonistas. Allí donde el miedo se traduce en huida y el asidero es el sueño.
A lo largo de esta semana publicaremos un sentido homenaje a "ACHTUNG BABY", el disco que cambió muchas cosas, entre ellas la vida de un servidor.

Javier Mateos.

READ:


You're dangerous 'cause you're honest
You're dangerous, you don't know what you want
Well you left my heart empty as a vacant lot
For any spirit to haunt

Hey hey sha la la
Hey hey

You're an accident waiting to happen
You're a piece of glass left in a beach
Well, you tell me things I know you're not supposed to
Then you leave me just out of reach

Hey hey sha la la
Hey hey sha la la

Who's gonna ride your wild horses?
Who's gonna drown in your blue sea?
Who's gonna ride your wild horses?
Who's gonna fall at the foot of thee?

Well you stole it 'cause I needed the cash
And you killed it 'cause I wanted revenge
Well you lied to me 'cause I asked you to
Baby, can we still be friends?

Hey hey sha la la
Hey hey sha la la

Who's gonna ride your wild horses?
Who's gonna drown in your blue sea?
Who's gonna ride your wild horses?
Who's gonna fall at the foot of thee?

Oh, the deeper I spin
Oh, the hunter will sin for your ivory skin
Took a drive in the dirty rain
To a place where the wind calls your name
Under the trees the river laughing at you and me
Hallelujah, heavens white rose
The doors you open
I just can't close

Don't turn around, don't turn around again
Don't turn around, your gypsy heart
Don't turn around, don't turn around again
Don't turn around, and don't look back
Come on now love, don't you look back!

Who's gonna ride your wild horses?
Who's gonna drown in your blue sea?
Who's gonna taste your salt water kisses?
Who's gonna take the place of me?

Who's gonna ride your wild horses?
Who's gonna tame the heart of thee?




PLAY:





sábado, 12 de noviembre de 2011

Goodbye

"Puedes decir que sólo piensas en lo mejor para los dos, claro, por su puesto. Puedes probar y cambiar de aires, evidentemente. También estás en tu derecho de imaginar que tu salvación está en tu frente. Sin embargo, la realidad es bien distinta. Si te marchas, significa un adiós". V.S.

PLAY IT:

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Hoy Okkervil River en Barcelona


En la semana grande de la música en este otoño tardío, por fin nos visita, en condiciones y cómo se merece, una de las grandes bandas del folk-pop-indie-rock de los últimos años. La banda de Austin, Texas, ofrece una mini gira por España que recala hoy en Barcelona para gozo y disfrute de todos los amantes de la música elevadora y expansionista. Will Sheff y sus compañeros llevan demostrando desde hace una larga temporada que son una de las grandes realidades de la música norteamericana, a pesar de la marcha de Jonathan Meiburg (el ornitólogo), - para centrarse en el proyecto paralelo y que comenzaron juntos, Shearwater-, la banda sigue su ascendente camino con el que es su sexto álbum: "I am very far", otro nuevo acierto que no hace más que consolidar una carrera llena de calidad, letras que son novelas y parafernalia caricaturesca que mezcla pulpos con bichos muy raros.
Hoy lo pasaremos en grande.

Javier Mateos.

Spanish Tour:
NOV 10 Teatre Coliseum (Festival Internacional de Jazz de Barcelona) BARCELONA
NOV 11 Milwaukee El Puerto de Santa María, CÁDIZ
NOV 12 Mirror VALENCIA




PLAY IT :



















"Entre lágrimas con John Grant". LIVE in Barcelona.

    John Grant, Sala Apolo. 
Barcelona, 8 de noviembre 2011.


Ayer por la noche, en una tarde más o menos otoñal, la Sala Apolo se vestía de intimidad para recibir a un artista laureado por la prensa internacional durante el pasado curso 2010. John Grant, ex líder de los excepcionales e ignorados The Czars, que acaba en estos días una larga gira mundial -confesaba que ya tenía ganas de volver a su país para estar con su madre y hermano para el Día de Acción de Gracias-, con la que ha estado presentando su primer disco en solitario “Queen Of Denmark” durante los dos últimos años. Un trabajo donde el bueno de John Grant sigue buceando por ese pop de autor tan profundo y espacial.

   Antes de su actuación fue precedido por el griego afincado en Barcelona, Evripidis And His Tragedies, muy duro lo de este chico. Su pop de cámara recargado de romanticismo excesivo sacado más de las novelas “Jazmín” que de la lírica mística y saludable de la música en directo, irritó a más de uno, a pesar de sus más que evidentes cualidades al piano. Una vez finalizado el tormento del que presumió en todo su mini show –delirante el final con esa carcajada forzada e incomprensible-, nos preparamos para recibir, todos cómodamente sentados (así da gusto asistir a este tipo de conciertos), a la gran estrella de la noche.

    A las 21:15 con una puntualidad envidiable, salió John Grant acompañado de su habitual compañero de fatigas Casey Chandler a los teclados varios. Sobre el escenario un largo piano de cola negro, un ordenador portátil y otro teclado rojo. Figura amplia y camisa por fuera, saludó a una sala que tuvo una excelente entrada y comenzó su recital con “You don´t have to”, canción ya conocida por sus fans y que estará incluida en su próximo álbum – que según el mismo explicó ha estado grabando en el sur del Reino Unido y en enero finalizará en su país, EEUU-. Buen tema, pero que guarda demasiada similitud con otro de un compañero de profesión y lugares comunes, Rufus Wainwright, titulado “Vibrate” (hagan la prueba). Continuó con otra canción anticipo de ese trabajo, “Vietnam”, ésta más floja. Una vez sorteado el inicio con esa descongestión personal que supone para todo artista tocar canciones nuevas, más si cabe después de largas giras interpretando el material pasado, arrancó el repaso a “Queen Of Denmark”, con esa recreación sideral y personal que lleva por título “Sigourney Weaver” acompañado, en todo momento, por ese octavo pasajero tocando el teclado Nord.

   Un John Grant locuaz y dicharachero, con ese castellano tan bueno aprendido entre fogones mejicanos, agradeció la respuesta del público, explicando como en aquellos años de trabajo aprendió la expresión “muy amable”, y de cómo sus compañeros de trabajo le explicaron que era más divertido decir: “muy mamable”. Bromas a parte, llegó “Where dreams go to die”, abrumadora por su belleza.  Caldeado ya el ambiente con esas píldoras contra el desequilibrio emocional, entonó un tema que habla de aquellos años  que pasó en Michigan durante su adolescencia. Una alegoría a la pérdida de la inocencia con ese toque suicida y de aislamiento que pone los pelos de punta, “I wanna go to Marz”. Escalofriante y más aún con ese aire que en directo le da el mini teclado que ejecuta místicamente el propio Grant. Después de tanta paz tormentosa, un poco de ironía nunca viene mal: “Chiken Bones” es una simpática canción, con un brillante duelo a los teclados entre John y Casey, que invita a hacer el baile de la gallina (dio la sensación que tímidamente así lo hacía su intérprete).
   La siguiente “It´s easier”, despertó el entusiasmo entre las butacas, a pesar de que su temática no es ‘la alegría de la huerta’… Según su propio autor aborda la decisión de romper –quizá precipitada- que hay en las parejas antes de llegar a una hipotética destrucción final. Sonó tan sincera y marciana como su letra. A continuación, “Outer Space”, la que es su particular “Space Oddity”. Como tal se puede considerar una preciosa e intensa balada marciana que nos maravilló a todos los asistentes (la voz de este hombre no es normal).
Tras esta última, la Sala Apolo había pasado de ser un local para conciertos a una gran mesa camilla, con faldillas y brasero. ¡Qué calorcito y qué a gusto se estaba!
Le siguió la también hermosa y fantasmal “TC and Honeybear” que tuvo un parón que desembocó en un chorro de voz atronador. No words.

  Ya en la recta final, lo que muchos estábamos esperando, los guiños a su antigua banda; The Czars. “Drug” esa balada psicotrópica tan excelsa, solemne e inigualable hizo que media sala llorase desconsoladamente (congoja generalizada). Este último tramo fue un sin vivir de belleza y sentimientos a flor de piel. Llegados a este punto, muy pocos ya podíamos aguantar las lágrimas… “Queen of Denmark” vino en el mejor (peor) momento –desatascador- para que todos sucumbiésemos en su tristeza y con nuestra alma paralizada, asistimos estupefactos a un lamento tan descarnado como sobrenatural, esa letra e interpretación cargada de reproches será difícilmente superada en mucho tiempo: “Why don't you take it out on somebody else?/ Why don't you tell somebody else that they're selfish?/ Weepy coward and pathetic...”. Puedo jurar que su voz atravesó mi pecho y que aún hoy cuesta recuperarse. Cabía preguntarse: ¿Y después de esto qué? Pues a seguir disfrutando (con sufrimiento). “Fireflies” fue sencillamente –perdonen la expresión-: ¡acojonante!

 La puntilla fue dulce, como un caramelo, “Caramel”. El público desbordado, John Grant y su compañero, emocionados, felices y todos contentos. Se retiró a sus aposentos y poco después salió e interpretó dos canciones donde venció la pasión a la jovialidad. El sentido homenaje a su abuela, desaparecida hace un par de años y que confesó ha sido una figura de gran presencia en su vida y en su familia, se llevó el gato al agua. “Little Pink House” canción del último álbum que editaron The Czars, “Goodbye”, fue el mejor homenaje posible a esa persona tan querida. Su grito desgarrado de negación de la realidad: “¡Oh no, no, no…!”, fue una dura despedida que nos dejó en estado de shock a todos los presentes.


  John Grant hombre amable, familiar y cálido, nos conquistó e hizo realidad eso de que la intimidad no tiene precio. Sólo puedo decir que aquellos que no pudieron asistir se han perdido algo muy gordo, muy bestia, de verdad, INDESCRIPTIBLE (a pesar de todas estas palabras escritas a lo largo del texto).

Texto y fotos Javier Mateos.

SET LIST:



martes, 8 de noviembre de 2011

Patti Smith sings "Until the End of the World".

"¿Quién dijo que esto fuese fácil? Las respuestas nunca atienden a las preguntas, simplemente las ignoran. Es como estar en una habitación solitaria recordando ese instante perenne de miradas cálidas, donde la complicidad se hace manifiesta sin cesar.
Hacía tiempo que no la veías, ahora juntos, coméis y delicadamente bebéis el vino, todo el mundo lo pasa bien, pero como siempre tú no parabas de hablar del final del mundo...
Me encantaba el elemento de la sorpresa, te besé y te rompí el corazón, y tú seguías actuando como si fuese el final del mundo...
Me ahogaba en mis penas mientras soñaba, pero aprendí a nadar, olas de rechazo contra olas de felicidad, en la orilla, atenta, gritabas que me esperarías hasta el final del mundo."

Disertación de Javier Mateos.


READ:
Haven't seen you in quite a while 
I was down the hold just passing time 
Last time we met was a low-lit room 
We were as close together as a bride and groom 
We ate the food, we drank the wine 
Everybody having a good time 
Except you 
You were talking about the end of the world 

I took the money 
I spiked your drink 
You miss too much these days if you stop to think 
You lead me on with those innocent eyes 
You know I love the element of surprise 
In the garden I was playing the tart 
I kissed your lips and broke your heart 
You...you were acting like it was 
The end of the world 

In my dream I was drowning my sorrows 
But my sorrows, they learned to swim 
Surrounding me, going down on me 
Spilling over the brim 
Waves of regret and waves of joy 
I reached out for the one I tried to destroy 
You...you said you'd wait 
'til the end of the world.


PLAY:

lunes, 7 de noviembre de 2011

John Grant en la intimidad de la Sala Apolo. Barcelona

Hoy 8 de noviembre nos visita uno de los grandes de nuestro tiempo. John Grant, el cantante de voz sobrenatural, ofrece una velada con su inseparable piano en una Sala Apolo que estará engalanada y sólo habrá sillas , para que cada melodía y tono sean como saborear un buen café entre imágenes de ensueño y luz tenue de cuento de otoño. Su carrera en solitario es tan brillante que acongoja. La de su anterior grupo deslumbraba. The Czars fue un grupo ignorado que tuve dos ocasiones de ver en directo. Fascinante banda aquella de Denver. Recuerdo como me transportaba a lugares que antes no había visitado musicalmente. Era un grupo tan profundo y tan apasionante que era más que obvio nunca triunfaría. Ya en aquellos tiempos John desbordaba con su poesía atormentada, su voz se proyecta siempre hacia el centro del alma -como muy pocas pueden hacerlo-.
En un aforo limitado para 500 personas, levitaremos y cerraremos los ojos como nunca antes lo hemos hecho. John nunca falla, es un encanto. Un ser humano con voz de extraterrestre.
Flotaremos juntos, sin prisas, en el calor del teatro.

Javier Mateos.

PLAY IT:






Quinta da Regaleira (El refrescante nuevo vídeo de Pumuky)


El agua es un espacio sincronizado con el alma. En el nuevo single y vídeo de Pumuky -dirigido por Nacho R. Piedra-, extraído de su sensual nuevo disco: "Plus Ultra" (Jabalina 2011), nos hace bucear entre la calma del mar abierto, con el rey de los astros filtrando su fuerza, pero además encontramos la respuesta a uno de los placeres más soñados por el ser humano: amar bajo el agua. Su frescor limpia y purifica. De una intensidad perfecta para refrescar nuestra sensibilidad emocional, Pumuky vuelve a salpicarnos con su atemporalidad y pasión. Ambas poderosas y proyectadas para ser besadas bajo el salitre y la elasticidad del corazón rebosante de sangre oxigenada en un verano eterno.


Javier Mateos


domingo, 6 de noviembre de 2011

CRÓNICA DE WILCO, PALAU DE LA MÚSICA CATALANA. BARCELONA




WILCO, Palau de la Música Catalana.
Barcelona, 2 de noviembre 2011.

Para poder hacer historia en lo tuyo tienes que currártelo mucho, pero además de todo eso, tienes que ser muy bueno -en realidad un genio-. Jeff Tweedy y su banda, WILCO, comenzaron su gira española de cuatro conciertos, en la capital un día antes de su cita en Barcelona. Asiduos de la escena española y enamorados del calor de su público, la capital catalana siempre ha sido una referencia en directo a lo largo de los últimos años.
Con estos precedentes, teniendo en cuenta la fiabilidad de su directo y el marco donde se iba a celebrar (el bello y fascinante Palau de la Música Catalana), todo apuntaba a que fuese una noche memorable.
WILCO aparecieron en el escenario a las 22:15, entre el clamor del público y sus sonrisas de agradecimiento, arrancaron las primeras notas de la canción, curiosamente, con la que cierran su nuevo trabajo “The Whole Love”. Esa letanía romántica para llaneros solitarios llamada “One Sunday Morning (Song for Jane Smiley´s Boyfriend)” es un bálsamo de paz y calidez, que tras su sencilla melodía esconde uno de los mejores pasajes que jamás hayan compuesto los de Chicago. Casi un cuarto de hora de caricias en el comienzo de un concierto, es el mejor regalo que puede recibir un amante de la música en directo.
Así de esta manera tan sutil y delicada, calentamos motores. Todavía con el pie en el acelerador, pero sin pisarlo, en una atmósfera épica y espectral, arrancaron con esa maravilla llamada “Poor Places”. La banda ya engrasada, se lanzó de lleno en el tema más experimental de su último álbum, “Art of Almost”. Intensa y marciana, posee una línea de bajo excepcional de su lugarteniente: John Stirrat (pedazo de músico, no es normal lo suyo). Ahora sí, pisando hasta el fondo, la velocidad en su parte final te levanta del asiento. El concierto había comenzado. El Palau ya estaba encendido y plenamente enganchado con la siguiente, ese single aditivo, mitad gruñón mitad soleado, que es “I Might”. Su teclado resonó por los cuatro costados. WILCO tienen muchas tablas, si a eso añadimos que son unos músicos excelentes, a poco que se esfuercen, el éxito está asegurado.

Después de este subidón, hay que parar a repostar. “Black Moon” es de esos temas que los “entendidos” califican como rock adulto, sí, lo es, pero es una balada extraña y oscura que tiene más textura, significado y complejidad de lo que aparenta. Intimidad y nebulosa. Acto seguido llegó uno de los temas claves de su carrera, el que significó un antes y un después en su carrera, “I Am Trying to Break Your Heart” (segundo guiño de la velada a “Yankee Hotel Foxtrot”), con este título está todo dicho, no se puede ser más sincero ni indicar más claramente tus intenciones. Descomunal, el sonido del Palau, lugar para la contención y de sonoridad perfecta, abrió su acústica para abrazar la pasión descarnada que contiene este himno. “One Wing” sonó regeneradora y entre sus punteos de atardecer romántico, nos adentramos en la guerra más hermosa, “War on War”- siempre me ha fascinado el comienzo de esta canción-, una de mis favoritas, pero sobre todo cuando John Stirrat entra a los coros, me pierde… Ya enchufados y en plena faena, un poco de ese pop tan Beatle que ha caracterizado siempre el lado más luminoso de WILCO, “Born Alone” y secundada por la cabaretera “Hummingbird”, mantenían la jovialidad y el ritmo en un concierto que cumplía las expectativas previstas. Así hasta llegar a esa perla celestial que se titula “Jesus, Etc.”. Música creada para ángeles. Algodón puro e inmaculado. Difícil poder transcribir lo que tamaña perfección produce en nuestras entrañas. Escuchar esta canción en directo es un placer que todo ser vivo debería tener derecho a disfrutar (eso sí, con un precio más lógico y accesible). El escenario fueron dos alas inmensas que nos acariciaron con toda su delicadeza.

Superado el ecuador de su actuación, se sucedieron los momentos para todos los gustos de sus fans. La pegadiza “I´ll Fight”, la sensual “Whole Love” y la sospechosa “Handshake drugs”, formaron parte del lote en el que las concesiones se convirtieron en un argumento más para comprobar que WILCO no suelen cometer errores, y si lo hacen, nosotros los humanos no somos capaces de percibir. Antes de los bises, dos clásicos de su discografía: “Impossible Germany”, momento donde el protagonista es únicamente Nels Cline, una bestia parda de las seis cuerdas, que sólo le falta poder girar la cabeza 180º mientras hace ese desarrollo imposible en el punto álgido del tema. Catarsis colectiva. Y “Shot in the Arm”, de “Summerteeth”, que nunca puede faltar. Entre medias su mayor y más directo tema del último disco recientemente editado, “Dawn on Me”. Todas ellas, las tres, con un sonido salvaje y el Palau entregado con fe ciega a su banda.

De vuelta al escenario, tras un breve descanso después de dos horas de show, una de las mejores canciones que se han escrito sobre una ciudad: “Via Chicago”. Muy emocionante, te hace sentirte un ciudadano más de la urbe del gran lago. Jeff Tweedy tuvo una noche tranquila, no habló hasta bien entrado el concierto, agradeció al público su presencia y calor, e hizo una concesión a una “request” que alguien lanzó desde la oscura platea: “California Stars”. Con gran parte del público en pie, algo difícil de conseguir en el Palau de la Música Catalana, y las primeras filas pegadas al escenario, un final cargado de fuerza y rock en estado puro, con canciones de sus inicios extraídas del sensacional “Being There”: “Monday” y para cerrar una intensísima “Outtasite (Outta Mind)”.

WILCO lo volvieron a conseguir, comenzaron de manera cálida, y terminamos sudando después de haber asistido a la enésima demostración de quienes son los amos de la música en directo. No son de esta galaxia, vienen de muy lejos, si puedes, la próxima vez, no permitas que nada ni nadie te impida disfrutar de ellos.


Javier Mateos.
Fotos Iván Ardura.

SET LIST: