The Summoner es uno de los trabajos más intensos y oscuros de este siglo. La idea nace fruto del inmenso dolor que produjo la pérdida, en el corto espacio de un año, de algunos amigos cercanos al belga Pepijn Caudron, alias Kreng. Un disco que experimenta y navega por cinco estados producidos por ese pesar: negación, ira, lucha mental, depresión y aceptación. Para llegar a este último, Kreng sintió necesario crear un puente ante tan duro proceso, así que creó uno extra y transitorio: la invocación (The Summoning) -ejecutada junto a sus paisanos post metaleros de Amenra-, es un mar pausado y negro de más de 15 minutos donde juntos reposan de manera tensa, hasta que una ola hace saltar todo en mil pedazos. Lo siguiente es una catarsis gélida, que se evapora lentamente y se marcha arropada por el más riguroso luto que puedas imaginar. KISTE F.M. te invita a difrutar del primer gran disco del año. Déjate abrazar por la muerte, la vida no tiene sentido sin ella.
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