sábado, 6 de julio de 2013

20 YEARS OF ZOOROPA




                                                                         Zooropa: la UE del 'no futuro'.


Era el verano de 1993, cuando por sorpresa y sumidos en una mastodóntica y larga gira mundial, U2 anunciaron que habían grabado un nuevo disco y que lo editarían el 5 de julio mientras la versión europea de la misma, Zooropa, continuaba de manera exitosa la ya inciada en 1992 a raiz de la publicación de Achtung Baby, el clásico e innovador álbum que los irlandeses editaron en 1991. En realidad, el germen de todo nace ahí, en la vieja y convulsa Europa.
U2 estaban acorralados por su propio nombre y obra. Los 80 habían convertido a estos cuatro chavales crecidos en Dublín, en una de las bandas más importantes y conocidas del planeta, su desembarco americano en los años 1987 y 1988, tras la publicación de The Joshua Tree, les habían llevado incluso a ser portada de la influyente publicación TIME. El éxito comercial y mediático había tocado techo, pero también les había conducido a un callejón sin salida en lo musical, había que finiquitar o reinventarse. Con un triple salto mortal y la ayuda del combo Eno/Lanois, en el otoño de 1991, se materializó ese cambio radical: ironía por mesianismo, bases por clasicismo y riesgo por conformismo. Desde la portada al look, casi todo era diferente: singles bailables, remezclas, glamour, alter egos...y mucha televisión. Los medios de comunicación comenzaban a bullir lo que hoy en día ha terminado por explotar y transformar nuestra sociedad en esa aldea global cibernética y alocada donde el tiempo es un concepto efímero y vetusto. La velocidad de la vida y la inmediatez tenían que reflejarse de alguna manera, llevar al directo todo esto era una complicada empresa. Nadie nunca había transformado un escenario en una especie de Blade Runner televisivo, donde las imágenes se sucedian a un ritmo vertiginoso. Primero se probó el concepto en recintos cerrados y luego en estadios. El montaje era complicado, arriesgado y muy costoso. Pero con valentia, quisieron llevar esa idea a lo bestia, así nació el Zoo Tv Tour, para después mutar, con su paso por la vieja Europa, en Zooropa.
La gira arrancó en 1993, muchos éramos chavales que atónitos acudimos a ver un show fastuoso donde la información era el génesis y la música su fuerza. El momento creativo de la banda era sensacional, el mejor que nunca alcanzaron. Siempre, salvo en sus comienzos, habían sido vagos a la hora de grabar, sus discos estaban muy espaciados, por ello ninguno de sus fans habíamos imaginado que en un año y ocho meses fuesen a sacar nada nuevo. Pues bien, mientras estaban de gira habían contactado con Brian Eno y le habían manifestado que tenían material e ideas para grabar un Ep. Se pusieron manos a la obra de una manera diferente y novedosa dentro de su parafernalia pomposa y cuadriculada a la hora trabajar. La cosa terminó gestando una criatura que alcanzaba para diez temas. La producción era diferente, Lanois no estaba, Flood había sustituido al canadiense y The Edge ejercía como nuevo jefe de la banda, él, sin duda, fue el artífice del disco más valiente de la acomodada banda irlandesa. Zooropa había nacido, su portada era moderna y espacial, tenía las estrellas de la bandera de la UE y en el medio una ilustración de un 'cosmonauta triste' a cargo de Shaughn McGrath y que en realidad fue una variación del grafiti babyface ideada por Charlie Whisker para su anterior disco, Achtung Baby. Era un disco espacial, marciano y con ritmos jamás imaginados para la banda irlandesa. Por momentos gruñón, pero también sexy, melancólico y de marcado carácter irónico. Aquellas sesiones dieron luz a muchos otros temas que quedaron aparcados y que cobrarían forma en el último trabajo digno y notable de la banda, POP.

Entre sus composiciones surgieron melodías inesperadas y de marcado ambiente electrónico y experimental. El álbum se abría con el tema que le daba título, Zooropa, una especie de himno futurista de la Unión Europea cargado de eslóganes estelares y que The Edge compuso a partir de grabaciones de los soundchecks de la banda durante el tour. Babyface secundaba este incio tan magnificente de una manera más naïve. Hasta aquí el factor sorpresa era interesante y contenido, pero al llegar al siguente tema, Numb, todo saltaba en mil pedazos. Fue elegido el primer single y unicamente se publicó en video-single (VHS), con aquellos aires electro-alemanes pillaron descolocado a todo el mundo, la voz de The Edge rapeando con desgana batió el record de negaciones entumecidas de la época. Pero no sería hasta la elección de Lemon como segundo single -publicado en edición limitadísima- cuando el álbum explotó de manera cegadora. Eno y el resto de la banda lo definieron como pintar un cuadro y escenificar su técnica. Un tema de belleza y frescura arrebatadora con un Bono en su máximo esplendor tocando la cima de su falsetto y creando un nuevo alter ego, esta vez un demonio adicto al lujo y de apellido irlandés, MacPhisto. Una mezcla de joker y de demonio que explotó durante la gira repartiendo sarcasmo por medio planeta. Lemon redefinió el sonido de U2 hasta donde nunca jamás hubíesemos sospechado, pop electrónico de atmósferas celestiales, donde el amarillo era cegador, los sintetizadores una orquesta perfecta y los coros alcanzaban una perfección inigualable. Roxy Music en la década de los 90. Además de estas dos perlas, por obviedad, incluía una de las mejores baladas, con permiso de One y With or Without You, que jamás hayan escrito los irlandeses: Stay (faraway, so close!). Incluida en la banda sonora de la película alemana Faraway, So Close! (Wim Wenders), si que se editó en doble cd single. El tema ahondaba en el amor algodonal que despliegan los ángeles imaginarios en la era de las comunicaciones, cerca y lejos, pero en contacto. Un triunfo excelso y exquisito. Zooropa contenía múltiples aristas, canciones que abrazaban el pop y olvidaban el mesianismo y el rock pretencioso, con humildad compositiva y letras brillantes y certeras: 'midnight is where the day begins'.

Daddy's gonna pay for your crashed car abría la segunda cara del vinilo, era burlona, funky e industrial. Volvían a superarse. Some days are better than others punzante y voluptuosa: 'Some days you wake up with her complaining / Some sunny days you wish it was raining'. The First Time una postal espacial, sin gravedad, evocando la 'primera vez'. Dirty Days, dedicada a Bukowski, si que abrazaba el rock psicodélico y se inspiraba en frases utilizadas por el padre de Bono:'No blood is thicker than ink/It won't last kissing time'. Para cerrar el disco un cameo sorpresa, Johnny Cash. The Wanderer fue escrita por Bono para el que siempre fue uno de sus ídolos; el hombre de negro. Curiosamente, poco más tarde, Johnny Cash viviría una segunda juventud musical de la mano del productor Rick Rubin. Puede decirse que este tema sirvió a Cash para lanzarse a renovar su cancionero, buscando nuevas sonoridades y prados menos polvorientos. El tema fue imaginado por Bono para ser cantado por el rey del country, y señores, acertó de pleno porque la combinación originó un nuevo concepto, el ciber-country (escuchen sino, casi 20 años después, el primer disco del laureado Daughn Gibson, pocas bromas).
Mientras la aguja surcaba los últimos segundos del vinilo y se desvanecía el llanto sonoro del llanero solitario, su espera final se hacía larga, la razón: faltaba la sirena. Así terminaba Zooropa, el disco más valiente de los irlandeses y que les valió un Grammy al mejor disco alternativo de ese año, quitándoselo a los mismísimos The Smashing Pumkins de Siamese Dream. Los grunges de la época se echaron las manos a la cabeza, ¡los poderosos U2 alternativos!, pues sí, lo fueron. Al fin y al cabo lo de la banda de Billy Corgan era rock de toda la vida, esto era otra historia, un ejército de limones que flotaban en el Universo, no se me antoja nada más alternativo en el rock de aquel tiempo.

Javier Mateos

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2 comentarios:

  1. Gargabete no hubiera sido lo mismo sin zooropa glencova

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    1. Un gran verdad, recuerdo dejar la cinta puesta e irnos en el doble pletina a todo trapo.

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