martes, 13 de septiembre de 2011

Revisión: Patrick Wolf “Lupercalia”

Patrick Wolf “Lupercalia” Hideout 2011

El joven irlandés, Patrick Apps alias Patrick Wolf, de tan sólo 28 años, comenzó siendo un cachorro inquieto, virtuoso y aventurero que olisqueaba en los oscuros bosques del pop más complejo. Sus primeras carreras y mordiscos los comenzó a dar cuando tan sólo tenía 20 añitos. Fue entonces cuando editó el magistral y extraño “Lycantrophy” Fat Cat Records 2003. Su calidad e inquietud eran más que palpables en aquella obra. Cuando publicó su siguiente álbum “Wind in the Wires” Fat Cat Records 2005, se pudo apreciar una madurez musical impropia para un artista de aquella edad. Su sensibilidad era algo tan fuerte que necesitaba romper de alguna manera. Lo intentó en su siguiente propuesta, más luminosa y con más medios, en esta ocasión ya dentro de un subsello distribuido para una multinacional: “The Magic Position” Loog 2005. Un disco que contenía composiciones magistrales y que tuvo reconocimiento tanto de crítica como de público (la calidad no estaba reñida con las ventas). Para su cuarto advenimiento engendró una extraña criatura llamada “The Bachelor”, que no funcionó como se hubiese esperado. Demasiado espesa y desorientada.
Ahora en el 2011, y con ya unos meses editado (el verano siempre nos despista), nos detenemos a escuchar con atención su nuevo álbum “Lupercalia” Hideout (filial de Mercury). Un trabajo que abre con un tema como “The City”, muestra a las claras que el sensible e inteligente  Wolf ha querido hacer un disco directo y sin tapujos. Su nuevo camino consiste en recrear con pasión sus ya demostradas dotes como artista y sobresaliente músico y arreglista, en un tratado sobre el amor y sus diferentes versiones en nuestra era. Arrastrarnos con su fuerza, el positivismo es su fin -no equivocarse-. No está mal para los tiempos decadentes que estamos viviendo… En este tema inicial nos eleva sin pensar en lo que pueda pasar, para intentar impedir que la ciudad y su vorágine destruya el amor en una pareja (suena tan familiar en nuestros días…): “I won´t let this city destroy my love/ Won´t let no mistake take the roof off our heads/ No I won´t let this city destroy us/ Won´t let this city destroy our love”. La fuerza de la pasión contra el cemento. ¡Y ese saxo! Lo de este “Lupercalia” es un torbellino imparable de melodías grandiosas. “House”, la siguiente, es otro bombazo con otra letra genial: “Oh I love this house/ I love this house, gives me the greatest peace I´ve ever known… And If I had to die today/ Scatter my ashes in this place”. Los hogares modernos no deben ser un lugar donde se generen las ruinas personales ni batallas perdidas de antemano, sino la paz y la tranquilidad. Burbujas personales para evadirse de un mundo exterior excesivamente agresivo. Temas que más de uno mataría por crear, aquí surgen como churros. Berdmonsey Street” amor entre hombres de este siglo: “Now you know, love knows no boundaries/ Sees beyond sexuality”. “The Future” es una disertación sobre la soledad del individuo, sus añoranzas y la lucha por pensar que el futuro va a ser maravilloso. “Armistice” es la primera balada, donde la pomposidad se abraza a la bruma y el misterio, con un ´crescendo` final de voz que explota con todo su poderío (que es mucho). Escalofriante. Después de un interludio titulado “William”, nos adentramos en el segundo acto de una manera exquisita, con unos arreglos memorables y con un tema al más estilo Patrick Wolf. “Time of my Life” que fue el primer single del álbum, es sencillamente preciosa y sarcástica: “I´ll be happy without you/ Thanks of the time of my life/ So happy without you”. La belleza de “The Days” es de cuento, de balanceo mágico, con esos aires llenos de encantadora tristeza y unos violines que acarician el pesar.
Para el final Patrick nos espera con tres flechas sangrantes: “Slow Motion” romanticismo puro y duro, “Together” synth-pop hipnótico en la desesperación y ese cierre vigoroso y colorista titulado “The Falcons” -violines cargados de clasicismo y estribillo sencillo con ritmo frenético-.
Patrick Wolf se ha erigido como el salvador del amor y del pop más brillante que escucharemos este año y en mucho tiempo. El niño lobo ha crecido y ya no aúlla, desgarra el corazón.

Javier Mateos.





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